Como consecuencia de la globalización, la importancia de los riesgos jurídicos y de reputación está aumentando significativamente, sobre todo para las empresas que operan a escala internacional.
Para tener en cuenta este riesgo, cada vez más empresas están creando normas de cumplimiento vinculantes y estableciendo un sistema de gestión de cumplimiento sostenible. Compliance significa cumplimiento, esto es, adhesión a las normas, en el sentido de disposiciones legales y directrices internas de la empresa.
Los sistemas de gestión del cumplimiento (Compliance Management System) son, por tanto, los principios y medidas introducidos por una empresa a partir de los objetivos definidos por los representantes legales, que tienen por objeto garantizar que el comportamiento de los representantes legales y de los empleados de la empresa y, en su caso, de terceros se ajusta a las normas, es decir, que se respetan determinadas normas y, por tanto, se evitan infracciones significativas.
Un sistema de gestión del cumplimiento debe incluir los siguientes componentes:
- Cultura de cumplimiento
- Objetivos de cumplimiento
- Riesgos de cumplimiento
- Programa de cumplimiento
- Organización de cumplimiento
- Comunicación de conformidad
- Control y mejora del cumplimiento
La aplicación puede referirse a distintos ámbitos del derecho (por ejemplo, derecho de la competencia, derecho antimonopolio y derecho de la seguridad de los datos) o también a ámbitos empresariales concretos. El compromiso voluntario resultante del cumplimiento incluye, en particular, un compromiso de gobierno corporativo responsable y se concreta, por ejemplo, en la observancia de los derechos humanos, las normas laborales, los requisitos de protección del medio ambiente y la lucha contra la corrupción.
Como abogados especializados en derecho de sociedades, estaremos encantados de ayudarle a implantar un sistema de gestión del cumplimiento.